20/02/2016
El día 17 hizo más tiempo que estás conmigo que sin mí.
Hace tres meses que soy tu mamá y, sin embargo, a veces me parece que lo he sido toda la vida y no me acuerdo de ciertas cosas, luego voy al médico o a hacer papeles y te llaman de otra manera y me viene todo de nuevo. O estoy tan tranquila dándote el biberón al solete y tengo que soportar impertinencias de desconocidos como que por qué no te doy el pecho. Pero las toreo con gracia porque soy tan felices que me da igual.
Hace tres meses que soy tu mamá y, sin embargo, a veces me parece que lo he sido toda la vida y no me acuerdo de ciertas cosas, luego voy al médico o a hacer papeles y te llaman de otra manera y me viene todo de nuevo. O estoy tan tranquila dándote el biberón al solete y tengo que soportar impertinencias de desconocidos como que por qué no te doy el pecho. Pero las toreo con gracia porque soy tan felices que me da igual.
Hace 95 días que entraste en casa por primera vez, y desde entonces has vivido tu primera Navidad, tus primeros Reyes, tu primer bibe de cereales, tu primer disfraz.
Hace un mes empezaste a coger cosas con las manos, como mi cara, y ya atinas perfectamente agarrar lo que quieres y llevártelo, por supuesto, a la boca, desde donde tú descubres todo. Voy a esforzarme por enseñarte a saborear la vida y comerte el mundo, ya ves, esto es lo que ahora me inquieta.
Me pregunto si tu memoria sensorial recuerda algo de tu vida anterior, y empieza a preocuparme cómo explicarte ciertas cosas. Me descubro exclamando expresiones desafortunadas como "la madre que te parió" (que sabemos que sigue "qué a gusto se quedó"), y aunque en la familia no vamos a volvernos locos con determinados asuntos y vamos a tratarlo todo con naturalidad, la empatía obliga a revisar mi lengua. Y la de los otros. Que ya no es sólo lo que oigas en casa, sino lo que escucharás por ahí y, lo peor de todo, muchas veces sin que esté yo para apaciguar o explicarte. Cómo me arrepiento de no haberle dicho un par de cosas a la desgraciada que, en la cola para pagar de una tienda de ropa, le espetó a su niñita de unos cinco años " a que te abandono" porque andaba revoltosa. Me ardieron las mejillas pero opté por callar. Automáticamente, al oír semejante estupidez pensé en ti. Ahora tienes 5 meses pero si lo oyes con, qué sé yo, ocho años, quizá lo pases mal. Qué pena no haberme vuelto hacia ella y cantarle las cuarenta y hasta La Traviata.
La cuestión es que es curioso cómo temas que creía dominados ahora que eres real ponen un nudo en la garganta.
Ya hemos hecho un seguimiento de tu adopción, y fue genial ir a Gran Vía contigo. Me vino a la cabeza la imagen de una mamá que entraba orgullosa con sus gemelos a la clínica del Doctor Guaperas cuando yo salía llorosa porque me habían cancelado un ciclo. Qué lejos todo aquello de repente. Ahora soy yo la que entra como un pavo real y me muero de la pena cuando coincido con parejas que preguntan por la adopción nacional y les dicen que ya se ha cerrado el plazo. Sabiendo como sabemos que puede estar cerrada ochos años, se me parte el alma.
Ha cambiado todo mucho desde que soy tu madre. Me cuesta horrores salir de casa sin ti, me aterra que me pase algo y no me tengas. Todo lo que hago es pensando en ti. Me sonríes y todo se pasa. Pienso todo el día en horas de sueño, mililitros y juguetes estimulantes. No actualizo mis blogs ni saco a pasear mis cámaras. En casa del herrero... Eso sí, el móvil echa humo.
Pensé que sería una madre bloguera molona de post diario, pero es que se me está pasando muy rápido y ya me habían arrebatado casi tres meses tuyos. Este tiempo es para ti. Ya actualizaré mi vida. Esto es ahora. Siempre lamenté perderme a mi hermanita, no pienso despistarme un momento contigo. No cumple una un sueño para pasar a otra cosa enseguida. Hay que disfrutarlo, después de todo.
La pena es no poder enseñar todo lo que te estoy haciendo en privado, pero aún no puedo enseñar tu carita. Necesito ese bendito papel que diga al fin que eres legalmente mi hijo, porque sentimentalmente ya nadie puede arrancarte de mí.
Hablando de la resolución judicial, he de confesar que ni me acuerdo. Me explico. Antes de tenerte pensé que me reconcomería esta espera, pero lo cierto es que ni se me pasa por la cabeza que pueda ocurrir cualquier imprevisto o desgracia. En el día a día sólo me acuerdo de tus necesidades, no de las mías.
Pero no es todo reluciente. Mentiría si no dijera que me está resultando difícil adaptarme a mi nueva condición, tan esperada ella, porque no quiero ser sólo tu mamá, aunque sea mi título más importante. Ya sabes que yo necesito estar metida en mil proyectos, siempre creando y aprendiendo. Sólo necesito aprender a compaginarlo con atender y grabar todas tus sonrisas y gorjeos.
Pero no es todo reluciente. Mentiría si no dijera que me está resultando difícil adaptarme a mi nueva condición, tan esperada ella, porque no quiero ser sólo tu mamá, aunque sea mi título más importante. Ya sabes que yo necesito estar metida en mil proyectos, siempre creando y aprendiendo. Sólo necesito aprender a compaginarlo con atender y grabar todas tus sonrisas y gorjeos.
Qué emocionante tenerte al lado del cuadro que me hice para motivarme cada día. Sí se puede. Sí, todo es posible. Sí. Sí.
Insisto, si a alguno de los que estáis leyendo ahora y seguís en la búsqueda os repatean mis palabras, es completamente comprensible y normal. No sois personas horrendas ni nada por el estilo. Yo me pillaba unos cabreos de miedo cada vez que alguien escribía que sí se puede conseguir. Pero es que soy el vivo retrato del logro, después de muchas desdichas y desventuras (las que habéis leído y todas las que he callo), y por fin tengo las huellas de mi bebé enmarcadas, aunque tuve que comprar otro kit, porque el que tenía desde 2012 se había secado. Pero las tengo.
Me has demostrado, Jorge Jones, que los sueños los cumple uno mismo, currándoselo. Que la suerte existe, pero es más fácil toparse con ella si ya te encuentras en el camino. Desde el sofá es difícil conseguir nada. Y gracias a ti he recuperado las ganas de hacer, sentir, soñar, que ahora hay que ir a por el siguiente sueño. Estos días cobra más fuerza que nunca mi felicitación de de este año.
Escribamos para nuestra película el final que deseamos.
Escribamos para nuestra película el final que deseamos.
Cada día inventémonos la jornada que esperamos. Si se tuerce, pues se endereza y, si no se puede, pues una caña con amigos. Pero hay que hacer, hacer, hacer. Ojalá sepa transmitirte esto, hijo mío.
En estos tres meses ya eres hijo, nieto, primo, sobrino. Y cada día con más normalidad y menos de otra cosa lejana a lo natural. Aunque con Willow sí que tenemos que hacer algo, es el auténtico príncipe destronado y no estoy segura de que se haya adaptado tan bien como todos los demás.
Pero esa es otra historia... Y tenemos toda la vida para repararlo. :)
<3
ResponderEliminarPrecioso!
ResponderEliminarUna entrada preciosa!!!
ResponderEliminarNo hay vez que no me hagas llorar. Preciosa tú, tu hijo y tu mundo. Un besote!
ResponderEliminarFelicidades familia y estoy contigo, las cosas hay que lucharlas y asumir las derrotas con la familia y amigos para volver a Coger impulso. Lo dicho muchas felicidades y tu suerte debe motivarnos a seguir buscando la nuestra. Besos
ResponderEliminarPrecioso!
ResponderEliminar¡¡Guauuuuuuuuu!! :D
ResponderEliminarQué alegría saber de vosotros, ver todas esas fotos y leer tus preciosas palabras. Estoy contigo en que los sueños se consiguen cuando se persiguen, pero siempre con la mente abierta por si acaso no llegan exactamente como imaginábamos. Me parece que esa es la clave, y vuestro caso lo demuestra.
¡Enhorabuena otra vez! ¡A seguir disfrutando! :)
Precioso se queda corto... me encanta esta entrada!!!! Aunque creo que se me ha escapado alguna lagrimilla.
ResponderEliminarNo hay mejor forma ni palabras más adecuadas para expresarle a tu hijo lo que significa para ti.
Un besazo.
Me alegra saber de vosotros, pero me encanta el motivo de tu ausencia. Cada vez que te leo me lleno de fuerza y positivismo, y sé que también lo lograré. Un abrazo enorme familia Jones.
ResponderEliminarA veces los sueños se cumplen diferente pero mejores de lo que soñamos, y como dices aún todo lo que imaginamos es menos genial que la realidad y nos impulsa a querer soñar más. Eres un ejemplo de cómo debemos soñar y hacer hacer hacer...gracias por ese ejemplo de que SI se puede 😙 y perseguir nuestros sueños
ResponderEliminarayyyyy, os he descubierto hace poco, he estado como dos horas poniendome al día con tu historia. Enhorabuena, enhorabuena, enhorabuena. Ojalá a nosostros nos vaya tan bien.
ResponderEliminarQué maravilla!!! No hay mayor felicidad en el mundo que la que da un hijo. Haces muy bien en darle toda la prioridad a este tiempo para vosotros, para él. Qué ganas de que llegue ya la resolución judicial, no por nada, sino por pasar página ya de una vez por todas y sobre todo, para que nos puedas enseñar a Jorge en todo su esplendor!! jajajaj! Que por lo que parece, ha salido a sus papis en lo guapo!! ;) Millones de besos para los tres!
ResponderEliminarMe encanta tu blog... Por favor, no dejes de escribir, que tu experiencia me da fuerzas.
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrada. Como siempre sabes transmitirnos alegría, fuerza y esperanza (aliñado con un toquecillo de humor). Eres genial.
ResponderEliminarMe preguntaba si hay alguien por ahí que está interesado en adoptar un bebé hacer una donación a la madre del bebé a menos que están en necesidad de ayuda. somos de una casa orfanato que está dispuesto y es capaz de adoptar bebé hacia fuera a las personas que están en necesidad de que tenga mucho cuidado de que por favor, si hay alguien que es capaz de ayudarnos. Por favor, envíenos un correo electrónico ((christorhanagehomes@gmail.com))
ResponderEliminarLa señora Rose Wilkins